domingo, 5 de junio de 2011

Orar-leer la Palabra de Dios

Orar es algo que todos los cristianos verdaderos hacen y conocen. Es usual y familiar para ellos. Por otro lado la Palabra de Dios es revelada por Dios mediante el Espíritu Santo a muchos hombres que escribieron (2Ti 3:16). En esto también estarían de acuerdo todos los cristianos verdaderos. Sin embargo, la oración y la Palabra como asuntos unidos no es algo tan conocido ni tan practicado por los cristianos. Aún así, muchos hombres y mujeres de Dios a lo largo de los años han testificado del beneficio cosechado al orar la Palabra. Mucha luz, nutrimento, revelación y fortaleza han tenido al recibir la Palabra con oración, al orar con la Palabra, y leer orando u orar leyendo. Muchos de estos hombres han descubierto el misterio y la clave de ser apropiadamente alimentados con la Palabra de Dios al orar con ella: El apóstol Pablo, Jean (Madame) Guyon, George Müller, Witness Lee… entre otros.
Usar la Biblia como el contenido de nuestra oración, petición y súplica al Señor es algo que decenas de miles de cristianos en la toda la tierra practican hoy y aún así ha sido una práctica relativamente olvidada desde los tiempos del apóstol Pablo y que está comenzado a ser descubierta y recuperada por muchos creyentes hoy como un tipo de oración genuina y aconsejable. No es conforme al pensamiento y lógica naturales pero es conforme al pensamiento de Dios.
La Biblia enseña de manera directa que la Palabra revelada y la oración pueden (y deben) ir juntas (ver Ef 6:17-18; Jn 15:7) y brinda ejemplos en el Antiguo Testamento de hombres de Dios que oraron con la Palabra de Dios. Al usar la Palabra de Dios la oración se fortalece, se centra y se eleva, además, al leer la Palabra de Dios con oración recibimos luz y somos alimentados espiritualmente con la Palabra, pues al orar la Palabra tocamos la esencia de la Palabra, que es Espíritu y vida (Jn 6:63). Este alimento llega a constituirse en nosotros. Esta constitución es Cristo mismo como la Palabra forjado en nosotros. Esta es la mejor manera para que crezcamos en vida (1P 2:2). En los próximos días estaremos compartiendo nuestro disfrute acerca de Orar-leer la Palabra de Dios.
Artículo siguiente: La esencia de la Biblia
Artículo anterior: La creación fue corrompida por la rebelión de Satanás y Dios juzgó la tierra

4 comentarios:

  1. Orar leer la palabra es una práctica maravillosa. La mayoría de las veces cuando empiezo a orar tengo que buscar palabras para decirle a Dios, mi mente viaja de un lado para otro, cuando oro con las palabras de la biblia no tengo que inventarme nada, mi mente esta en reposo, y disfruto la palabra pura. Cuando la convierto en oración es tan bueno. Mi espíritu es avivado de esta forma. ¡Cuan bueno es orar-leer la palabra!

    ResponderEliminar
  2. Sí, es maravilloso. La Palabra de Dios como el contenido de nuestra oración es la única forma de tocar la esencia de la Palabra que es Espíritu y vida. Hoy estamos muy acostumbrados a leer la Biblia como si fuera un periódico, en plan informativo... esto no es correcto ni escritural (Ef 6:17-18)
    Gracias por el comentario, hermana.

    ResponderEliminar
  3. MIGUEL ANGEL CORDERO7 de junio de 2011, 4:02

    Es maravilloso, pues, retrocedo 10 anos atras y recuerdo cuando algun hermano me decia Orar Leer, Orar, Leer, y yo trataba de hacerlo de MIGUEL ANGEL CORDERO
    forma mecanica y no lo lograba, pero un dia el Senor entro en mi espiritu y hacerlo, ore, y lei,e invocando el nombre sagrado de Jesus, fue la primera vez que entendi, lo que Dios me estaba hablando, a partir de ese dia, es algo normal como mcomer o tamar algo, ORAR LEER, ORAR,LEER y lo mas precioso.... entender con tu espiritu no con tu mente. te amo Senor Jesus.

    ResponderEliminar
  4. Si, hermano, sólo con un espíritu mezclado podemos tener comunión con la esencia de la Biblia que es Espíritu y vida. Es maravilloso que sea algo normal, como respirar, comer o beber... ha de ser nuestro respirar la Palabra, nuestro comer la Palabra y nuestro beber la Palabra.

    ResponderEliminar

¡El Dios de paz nos muestre a todos Su misericordia!